Aunque la rebaja de aranceles aún no se refleja en los precios locales, muchos argentinos ya piensan dos veces antes de cruzar la cordillera. Chile, atento a esta posible baja en el flujo de turistas, responde con nuevas ofertas dirigidas a quienes viajan con intención de comprar.

Durante años, los productos electrónicos sobre todo los celulares fueron el principal imán para los argentinos que viajaban a Chile en busca de mejores precios. Pero la reciente decisión del gobierno argentino de reducir aranceles cambió el escenario. Ante este nuevo panorama, el comercio y el turismo chileno se preparan para enfrentar una posible baja de visitantes.

Para no perder atractivo, los comercios del país vecino comenzaron a lanzar descuentos especiales destinados a compradores extranjeros. Estas promociones se activan al presentar el documento de identidad, lo que demuestra que se trata de un turista. Así, las tiendas buscan seguir siendo una opción atractiva frente a los precios argentinos.

Grandes centros comerciales como Mallplaza están aplicando un programa de beneficios para los visitantes internacionales. Las promociones incluyen descuentos de hasta el 30% en locales seleccionados y no se limitan solo a tecnología: también se aplican en ropa y gastronomía, lo que convierte la experiencia de compra en algo más completo.

Además, cadenas como PC Factory y Solotodo ofrecen ofertas temporales en artículos muy buscados. Por ejemplo, el Samsung Galaxy S24 FE de 256 GB se vende en Chile a 579.990 pesos chilenos (unos $707.587 argentinos), bastante menos que los $1.050.000 en efectivo o $1.490.000 en cuotas que cuesta en Argentina.

También hay una diferencia marcada en productos más costosos como las notebooks gamer. Un caso claro es el de la Lenovo Legion 9 16IRX9, que se consigue en Chile por USD $4.239, mientras que en Argentina llega a USD $4.850, una diferencia de USD $611. A pesar de la nueva política argentina, estas diferencias todavía existen, lo que permite a Chile mantener su atractivo como destino tecnológico.

Mientras tanto, en Argentina, el gobierno impulsa una baja progresiva de aranceles que, con el tiempo, podría eliminar la necesidad de viajar para comprar más barato. Sin embargo, hasta que eso ocurra y los precios bajen en serio, los comerciantes chilenos optan por seguir compitiendo con promociones. Esto marca una nueva etapa de competencia regional, donde cada país busca quedarse con el consumidor final.