MUNDIAL DE CLUBES

Chelsea le cierra los caminos a Fluminense y será finalista

Con dos goles de Joao Pedro, adquirido durante este torneo por 55 millones de euros y surgido precisamente del club brasileño antes de pasar por tres entidades inglesas, el Chelsea venció 2-0 al Fluminense sin demasiado esfuerzo y de esta manera se clasificó para la final del domingo en el mismo estadio Met Life en la que espera al ganador del partido que mañana jugarán Real Madrid y Paris Saint Germain (PSG).

Sergio Levinsky desde Nueva Jersey

De esta forma, el nuevo Mundial de Clubes con el formato de 32 equipos, ya tendrá una final europea, al caer el último equipo sudamericano que quedaba, y de esta manera continua el dominio de los clubes del Viejo Continente, que vienen imponiéndose cada año, de manera consecutiva, desde 2013.

El último equipo sudamericano en ganar este Mundial de Clubes fue Corinthians en el lejano 2012, cuando venció precisamente al Chelsea.

70.556 espectadores, una muy buena cantidad para un partido que en principio no atraía tanto aunque las entradas fueron rebajadas de 250 a 13 dólares estuvieron presentes en el "Met Life".

Los primeros minutos marcaron un leve dominio del Chelsea, más en posesión de pelota que en lo territorial, pero se fue acentuando con el correr de los minutos, hasta establecerse casi por completo en el campo adversario. Fluminense, de todos modos, no sufría y esperaba su momento, con mucha paciencia.

A los 12 minutos llegó el primer alerta, cuando dentro del área brasileña, Enzo Fernández recogió un rebote y casi vence al veterano arquero Fabio. Siete minutos más tarde, Chelsea intentó llegar mediante una pelota parada. Un tiro libre en forma de centro, ejecutado por Enzo Fernández, fue cabeceado apenas afuera por Adarabioyo, pero ya un minuto más tarde, Joao Pedro abrió el marcador con un remate combado, de izquierda a derecha, al ángulo superior izquierdo de Fabio. La ventaja para el Chelsea era justa.

Pese al gol, los "blues" siguieron dominando con las mismas reglas, prefiriendo llegar más por la izquierda, así podían explotar la velocidad y la gambeta del extremo portugués Pedro Neto, que tenía a maltraer a su marcador Guga. Uno de esos centros al segundo palo casi termina con el segundo gol, en la cabeza de Nkunku, pero Fabio contuvo el remate.

En una jugada aislada, sin embargo, casi empata Fluminense en una pared entre el volante Hércules y el argentino Germán Cano, que parecía que convertía el primero, pero cuando la pelota iba a traspasar la red, el español Cucurella consiguió despejar en la línea del arco del Chelsea.

Pero ya a jugada siguiente, a los 34 minutos, un cabezazo de Thiago Santos derivó en que la pelota rebotara en el brazo del marcador central Chalobah. En primera instancia, el árbitro François Letexier cobró penal para Fluminense, pero el VAR lo desechó.

El partido seguía muy lento, con Fluminense encontrando pocos espacios para tratar de empatar y en cambio, Chelsea seguía apostando a los pases largos de Enzo Fernández hacia Pedro Neto, o los centros al segundo palo hacia la derecha buscando a Nkunku, si bien Palmer, su gran figura, parecía ausente.

Se podía pensar que para el segundo tiempo, Fluminense saldría a empatar pero Chelsea siguió dominando el partido, a ritmo lento pero sostenido. Cucurella desvió por muy poco un remate cruzado y enseguida, el entrenador del equipo brasileño, Renato Gaucho, dispuso de dos cambios a los 9 minutos: Everaldo reemplazó a Germán Cano, que nunca encontró espacio, y el habilidoso Keno, ingresó por Thiago Santos, tratando de empujar a su equipo hacia adelante.

Pero todo pareció desdibujarse enseguida. Un minuto más tarde, Palmer peleó una pelota en el medio entre tres rivales, salió airoso, cedió a Enzo Fernández y éste habilitó a la izquierda a Joao Pedro, quien sacó un bombazo inatajable para Fabio.

Cuatro minutos más tarde se produjo un cambio inentendible en el Chelsea, cuando su entrenador, Enzo Maresca, hizo salir a Joao Pedro para el ingreso del estadounidense Nicolas Jackson.

Pero el partido siguió en la misma tónica, sin que Fluminense encontrara algún resquicio por donde entrar, superado en todos los órdenes, al punto de que se fue salvando de perder por una distancia mayor.   

Palmer y Enzo Fernández manejaban las acciones, y los dos laterales, Malo Gusto y Cucurella, llegaban sueltos al fondo para sacar centros a voluntad. Ya se había desatado Palmer, y jugaban también sueltos Fernández y el ecuatoriano Moisés Caicedo en el medio.

Faltando cinco minutos, un buen desborde del venezolano Jefferson Soteldo ingresado por Nonato desde la izquierda terminó en un centro que fue rematado de cabeza por Inacio, un especialista, aunque la pelota salió desviada.

Al partido le faltaban emociones porque Fluminense casi no conseguía llegar y la distancia en el marcador era lo suficientemente larga como para pretender un empate.

Esta nota habla de: