psicología y deporte

Poder parar: la importancia del descanso para los deportistas

La especialista Ana Laura Roitman describe lo necesario que resulta el saber en qué momento descansar en la actividad deportiva y el porqué resulta imprescindible.

Fabián Galdi

En nuestra sociedad, existe un imperativo de productividad que nos lleva a creer que siempre debemos estar haciendo algo, produciendo algo, alcanzando metas y superando objetivos. 

Este imperativo puede ser especialmente fuerte en el mundo del deporte, donde la competencia y el rendimiento son fundamentales. Sin embargo, este imperativo de productividad puede tener un costo. Puede llevarnos a ignorar nuestras necesidades básicas, como el descanso y la recuperación, y a priorizar la producción sobre la salud y el bienestar.

Pareciera que actualmente los momentos de descanso, de "no hacer nada", de no estar siendo productivo/a son vistos de modo negativo. El imperativo de aprovechar cada momento se presenta fuertemente en nuestra sociedad y el mundo del deporte no está exento. 

El descanso es un componente esencial en la vida de cualquier deportista. No solo se trata de recuperarse físicamente después de un entrenamiento o competencia, sino también de permitir que el cuerpo y la mente se repongan y se preparen para el próximo desafío. 

No pretenderíamos pedir a una corredora que haga sprints sin parar, o que un nadador haga una carrera tras otra sin pausa descanso. No se hace serie tras serie de ejercicio en el gimnasio sin pausa alguna. Sin embargo, cuando el descanso es tomarse un día o unos días libres o dormir 8 horas o más, comienza a cuestionarse.  

El descanso como herramienta de recuperación física no es tan cuestionado, ya que se sabe que cuando un deportista se entrena intensamente, su cuerpo sufre micro lesiones musculares y articulares y el descanso permite que el cuerpo repare y recupere estos tejidos, lo que ayuda a prevenir lesiones y a mejorar el rendimiento. 

Ahora bien, el descanso también es una necesaria herramienta de recuperación mental. El deporte puede ser muy exigente mentalmente, y el estrés y la presión afectan mucho, generan impactos que no pueden localizarse físicamente en un músculo o en una parte del cuerpo. 

El descanso permite que la mente se relaje y se recupere, lo que ayuda a reducir el estrés y a mejorar la concentración y el enfoque. Refiriendo tanto el descanso diurno como el nocturno. Durante el sueño, el cuerpo se recupera y se repara a si mismo, y la mente se procesa y se consolida la información aprendida durante el día. 

La idea de suponer que durante el sueño no sucede nada está muy alejada de la realidad. 

A nivel fisiológico, se secretan hormonas muy distintas a las que se secretan en el día, entre ellas, la hormona del crecimiento, por lo que dormir mal puede ser muy perjudicial para un niño o adolescente y es por el mismo motivo que los y las adolescentes duermen tanta cantidad de horas. 

Mientras que a nivel mental, es importante pensar el sueño como el mecanismo que permite elaborar psíquicamente todos aquellos estímulos a los que estuvimos expuestos durante el día, tanto cuestiones externas como internas. 

Cuando no se descansa bien suelen comenzar a experimentar fallos cognitivos, por ejemplo, en la memoria o en la atención. 

Los deportistas que no duermen lo suficiente seguramente no podrán gozar de una buena velocidad de reacción, dispersión en la atención, tendrán una disminución en su rendimiento y una mayor probabilidad de lesiones. 

De esta manera, podemos reconocer que el descanso y la recuperación no son un lujo, sino una necesidad para mantener nuestra salud y nuestro rendimiento a largo plazo. 

Consejos para los deportistas para mejorar su descanso

- Establecer una rutina de sueño regular y asegurarse de dormir al menos 7-9 horas cada noche. 

- Tomar descansos regulares durante el entrenamiento y la competencia. 

- Practicar técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, para ayudar a reducir el estrés y mejorar la recuperación. 

- Evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse. 

Ana Laura Roitman 

Lic. en Psicología 

Mat N° 3589 

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