Boca ganaba 2-0 hasta casi el final del primer tiempo jugando un aceptable partido, con goles de Miguel Merentiel y Rodrigo Battaglia, y aún con el descuento del Benfica, llegó a tener un jugador de más por la expulsión del delantero italiano Andrea Belotti. Tras el empate de los portugueses -merecido- el equipo argentino también se quedó con diez jugadores por la expulsión de Nicolás Figal. Antes, el árbitro mexicano César Ramos también había sacado tarjeta roja al español Ander Herrera, que se encontraba en el banco de suplentes al ser reemplazado pocos minutos después del inicio, debido a una nueva lesión.

De esta manera, Boca y Benfica parecen pelear hasta el final por la segunda colocación en el Grupo C, en el que el Bayern Munich venció ayer por 10-0 al Auckland de Nueva Zelanda.

A los 7 minutos llegó la primera jugada de peligro para Benfica, cuando Renato Sánchez recibió un buen centro hacia atrás y remató muy desviado, cuando parecía que Agustín Marchesín estaba vencido.

De todos modos, se veía muy impreciso al equipo portugués, con mayor potencia física, en los pases largos, pero Boca, que ejercía una fuerte presión en el medio, no conseguía la pelota para lanzarse en ataque al campo rival y por eso, su mayor llegada en los primeros 15 minutos fue un buen remate de media distancia de Carlos Palacios, que pasó apenas por encima del travesaño.

Siempre más potente y ordenado el Benfica, a los 18 minutos tuvo su gran oportunidad cuando Bruma remató al palo a la salida de Marchesín, que quedó lesionado. A su vez, una nueva frustración para el español Ander Herrera, que volvió a sentir una dolencia a los 20 minutos, y debió ser reemplazado por Tomás Belmonte.

Y cuando menos se lo esperaba, llegó el gol de Boca a partir de un buen desborde por la derecha de Lautaro Blanco, quien sacó un centro al ras que capitalizó Miguel Merentiel, anticipándose a su marcador. Boca se ponía en ventaja cuando no había mostrado superioridad.

A los 27 minutos, ya con un Boca asentado futbolística y anímicamente, llegó el segundo gol tras otra participación desde la derecha de Lautaro Blanco, quien ejecutó un córner al segundo palo, allí Ayrton Costa la bajó de cabeza y Battaglia, con otro golde de cabeza entre el vallado defensivo del Benfica, consiguió el 2-0.

A los 43 minutos, Carlos Palacios no pudo rechazar la pelota y cometió falta ante Nicolás Otamendi, y el árbitro mexicano César Ramos otorgó penal parea el equipo portugués. Lo pateó con maestría Ángel Di María, acariciando la pelota al palo derecho cuando Marchesín se arrojó al izquierdo.

Al comienzo del segundo tiempo, el director técnico del Benfica dispuso el ingreso del delantero italiano Andrea Belotti por el el defensor Dahl, como para volcar hacia adelante a su equipo en busca del empate.

El partido, entonces, volvió a parecerse al de los primeros minutos, cuando Benfica dominaba las acciones y el territorio, con Renato Sánchez como eje, y Boca, parado de contragolpe.

A los 12 minutos, Russo hizo ingresar a Giménez por Velasco, retrasando unos metros a Merentiel, aunque el partido seguía por el mismo carril. Por su parte, Lage hizo ingresar a dos jugadores ofensivos como los turcos Kokcu y Akturcoglu por Bruma (otro delantero) y Renato Sánchez, acentuando la cantidad de atacantes en campo de Boca.

A los 20 minutos, Russo reemplazó a Merentiel y a Palacios por Williams Alarcón y Exequiel Zeballos para un nuevo 4-4-2, con Giménez y el "Changuito" en el ataque. Inmediatamente después, el árbitro Ramos expulsó al delantero italiano Belotti por juego brusco. El equipo argentino pasaba a quedar con superioridad numérica (once contra diez).

El segundo tiempo era mediocre, con el juego muy parado por constantes faltas y protestas. Boca no sacaba partido del jugador de más y la ventaja de un gol y el dominio del Benfica se fue acentuando hasta que Nicolás Otamendi, de cabeza, estableció el merecido empate para los portugueses.

Faltando dos minutos, y con Boca saliendo a buscar el triunfo, algo que pareció tardío, fue expulsado Nicolás Figal y el equipo argentino perdió así la escasa ventaja que le quedaba.