La selecci贸n argentina no encuentra su rumbo
Por Sergio Levinsky, desde Buenos Aires. Especial para Jornada
El equipo argentino que conduce Lionel Scaloni mostr贸 que conserva algunos vicios que no parecen encontrar un m铆nimo atisbo de soluci贸n, como que sus jugadores 鈥搈uchos de ellos con renombre y protagonismo en los principales clubes europeos- siguen sin soltarse, como si fuera m谩s importante cumplir una funci贸n que les fuera encomendada antes que rebelarse ante la adversidad o buscar decididamente el ataque para superar la adversidad.
En algunos casos, cuesta concluir si sus desempe帽os fueron acertados o no porque la sensaci贸n que se transmite es que juegan con un determinado plan conservador de no descuidar al adversario incluso antes que atacar, cuando se trata de futbolistas de las l铆neas supuestamente ofensivas, como los casos de 脕ngel Di Mar铆a o Lucas Ocampos, totalmente desdibujados.
Cuando Scaloni opt贸 por estos dos jugadores, habitualmente extremos, parec铆a que la idea original 鈥搖n tanto arriesgada para lo que hab铆an sido los cuatro planteos anteriores en esta clasificaci贸n- era, por fin, y tomando consciencia de la local铆a cuando luego hab铆a que viajar a Barranquilla para enfrentar a Colombia- un 4-3-3, con Lautaro Mart铆nez en el centro y con Lionel Messi algo m谩s atr谩s, ayudado por un volante mixto como Rodrigo De Paul y por Leandro Paredes en la contenci贸n, pero evidentemente, somos de una generaci贸n rom谩ntica y empedernida.
A los pocos segundos de iniciado el partido en el estadio 鈥淢adre de Ciudades鈥, fue claro que todo se trataba de una vana ilusi贸n. Di Mar铆a volanteaba sin ir casi nunca a la punta, cumpliendo a rajatabla la funci贸n que en otros compromisos tuvieron Exequiel Palacios o Giovani Lo Celso, ambos ausentes en el equipo titular y lejos de aquellas incursiones ofensivas que deslumbraron en algunos momentos en el PSG franc茅s. Y Ocampos no ten铆a nada que ver con aquel del Sevilla, que no s贸lo es imparable por su banda sino que suele estar acompa帽ado por su marcador lateral para generar superioridad num茅rica contra el rival de turno. Pero nada que ver. El ex jugador de River navegaba en la mediocridad, escondido y sin participaci贸n alguna.
De esta forma, una vez m谩s, como una postal repetida de los 煤ltimos a帽os del conjunto nacional, Lionel Messi inici贸 su recorrido hacia atr谩s en busca desesperada de la pelota, que nadie le alcanzaba con limpieza, hasta terminar como tantas veces en el c铆rculo central para arrancar desde ah铆 hacia el arco rival (fue el que m谩s remat贸, con cinco tiros al arco sobre siete totales de su equipo) y el gol lleg贸 de una de las pocas maneras posibles, cuando Lautaro Mart铆nez se pudo interponer entre el grandote Marip谩n y el arquero Claudio Bravo, y al defensor no le qued贸 otra que cometerle penal, ratificado por los oficios del VAR.
Si no fuera por este tipo de jugadas, una avivada, o un tiro libre de Messi, lo que transmite la selecci贸n argentina (y no es la primera vez) es que puede estar jugando horas sin convertir 鈥揳penas tres equipos de la tabla tienen menos goles a favor- y eso que enfrente tuvo un rival como Chile que tom贸 demasiadas precauciones, sea porque no contaba con una de sus principales figuras, Arturo Vidal (autor de cuatro de los siete goles del equipo en la clasificatoria), o por el respeto que inspira 鈥搕odav铆a y por suerte- la actualmente desdibujada camiseta albiceleste.
Pero tambi茅n qued贸 claro que las escas铆simas veces que el equipo chileno incursion贸 en campo argentino, pudo generar peligro, como se not贸 en el gol del empate, una jugada que consisti贸 en un tiro libre apenas pasado el c铆rculo central, pase cruzado hacia la derecha, anticipo de Gary Medel con centro rasante y Alexis S谩nchez, solo y sin arquero, apenas necesit贸 empujar la pelota a la red.
Este equipo argentino no tiene, tampoco, un 鈥渃inco鈥 de marca. Scaloni, ante la escasez de jugadores en esa funci贸n 鈥搈ientras, podr铆a ser 煤til, acaso, Enzo P茅rez- opt贸 por un buen primer pase de Paredes y por De Paul como rueda de auxilio, aunque habitualmente coloca un tercer volante y le quita una posici贸n al ataque.
Las novedades m谩s auspiciosas parecen venir desde la retaguardia, con el debut de Emiliano 鈥淒ibu鈥 Mart铆nez, de enorme temporada atajando en el Aston Villa de la Premier League inglesa, aunque no queda claro si el arquero titular seguir谩 siendo Franco Armani, y el tambi茅n estreno de Cristian 鈥淐uti鈥 Romero, que se destac贸 mucho en el Atalanta de Gian Piero Gasperini. El primero no tuvo mucho trabajo y el segundo necesit贸 pocos minutos para demostrar sus condiciones y se perfila para tener continuidad en un futuro inmediato.
El problema de la selecci贸n argentina sigue siendo de filosof铆a y no es nuevo, sino de vieja data. Sin tener idea sobre qu茅 se pretende hacer, si no se sabe a qu茅 jugar, es dif铆cil que lo colectivo salga al rescate cuando lo individual no funciona, y parece contradictorio convocar jugadores para que cumplan trabajos distintos a los de sus equipos, que justamente son los que los proyectaron al equipo nacional (caso 脕ngel Correa, que siendo campe贸n de la liga espa帽ola con el Atl茅tico de Madrid como segunda punta, jug贸 en una l铆nea de tres junto con Messi y Di Mar铆a detr谩s de Lautaro Mart铆nez).
Sin rumbo, como tantas otras veces, habr谩 que prender velas otra vez al genio de Messi, que cada vez es m谩s veterano y por tanto, cada vez m谩s limitado aunque se ponga en el hombro casi todo lo que hace el equipo, y se depender谩 de que en cada caso, se destape alguna individualidad que pase por una buena tarde o noche.
La estructura, por s铆 misma, es poco o nada sin una idea atr谩s, sin anteponer el juego al esquema, la creatividad al orden t谩ctico. De lo contrario, una clasificaci贸n al Mundial (angustiante o no) puede volver a ser enga帽osa como en experiencias recientes, que nos recuerdan que luego en el gran torneo, hay que enfrentar a potencias que no tendr谩n indulgencia con estos vicios.
Ojal谩 no sea tarde y que ya en Barranquilla se observe, aunque m谩s no sea, unos grumos de progreso.
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