DESESTABILIZACIÓN ANTIDEMOCRÃTICA: “Si pasa, pasa…â€
Es que habÃa pasado un lÃmite: de modo impetuoso y fuera de cualquier orden discursivo admitido, comprometÃa a las FF.AA. en acciones golpistas, y pretendÃa que estamos en un caos que sólo existe en su cabeza. Sorprendido por la mala repercusión de sus palabras, dobló la apuesta, y a la mañana siguiente hizo un raid por emisoras radiales alertando sobre una supuesta situación “preanárquicaâ€, a la que con evidente intención agregó la palabra “sangreâ€. Nada menos.
El resultado fue catastrófico para su pretensión de escandalizar. Recibió rechazos desde todas partes: hasta Carlos Ruckauf reapareció desde algún intersticio del olvido para repudiar sus declaraciones. Hicieron cola para pegarle, como era obvio que iba a ocurrir excepto en la mentalidad de Duhalde y –claro- la de sus socios empresariales y polÃticos que se expresaron a su través. Fue un papelón.
Luego se encargó de oscurecer “aclarandoâ€. Dijo que un militar en actividad le habÃa pasado el supuesto dato, con lo cual resultó obvio que no estaba haciendo la obligada denuncia ante sede judicial. Terminó en una inverosÃmil justificación según la cual él habrÃa sufrido por la pandemia un momento de “separación de la realidadâ€, una especie de psicosis momentánea. Vidrioso, no creÃble, lamentable.
Todo es más simple: se tiró a la pileta, y luego supo que no hay agua. No hay ninguna situación de caos. La arenga de algunos polÃticos y algunos mediáticos, repetitiva y constante, les hace creer que la mayorÃa de la gente está en lo de ellos. Pero la población no está escandalizada porque se haya congelado las tarifas de las comunicaciones: lo aprueba y apoya, como han mostrado diversas encuestas.
La tontera de llamar “comunismo†a cualquier medida de intervención estatal para regular algún exceso del mercado, no le interesa a una población preocupada por la pandemia, que sufre dÃa a dÃa las consecuencias de la peste y que busca un poco de estabilidad y de paz, contra la beligerancia crispada aquellos minoritarios que gritan en el Obelisco. Esos que a esta fecha no pudieron siquiera dar el abrazo al Congreso, porque el número no les alcanzaba: a las 10 de la noche eran 30 personas.
La reforma judicial se discute en el parlamento como corresponde, por fuera de oposiciones fanatizadas de quienes exhiben sin pudor no tener la menor idea de qué es a lo que se oponen.
TE PUEDE INTERSAR Blues del neofascismo “libertarioâ€Algunas voces de la actual oposición empiezan a asomar, llamando a la normalidad. A terminar con la artificiosa exaltación permanente, a interrumpir una belicosidad ajena al espÃritu de debate democrático, que está aislando en la extrema derecha al grupo que la promueve. La población quiere paz y normalidad, estos sectores responden con declaraciones destempladas y desubicadas como las de Duhalde, por suerte ahora recuperado de su súbita â€desconexión del mundo†(ajena a cualquier cuadro psiquiátrico conocido).
El ex presidente logró que su peor curriculum fuera traÃdo a cuento: el crimen de Cabezas, las muertes de Kostecki y Santillán, sus fotos de campaña con Vidal y Marcos Peña, la pesificación asimétrica, la desestabilización a RodrÃguez Saá, entre otras situaciones. Igual, nada garantiza que no vaya a reincidir en rumbos letales para la democracia. Pero sà es claro que su credibilidad está hecha añicos, y sus servicios al paÃs tras el 2001 han quedado en buena parte opacados y distantes.
Pero los socios de estas declaraciones lamentables, ni se inmutan ni se arredran. Tras el momentáneo y ruidoso fracaso, esperarán un nuevo turno. Ya lo hicieron en 2007, cuando los desórdenes entre sindicalistas en San Vicente: salieron a hacer y buscar escándalo, pero la sociedad no los respaldó. Entonces regresaron con la 125, un año después. También querrán ahora su futura revancha: nada asegura que les vaya a ir bien, pero tampoco está claro que vuelvan a fracasar.-