Malvinas, 38 a帽os pendientes
Cuando los aniversarios no son con n煤meros redondos nuestra memoria recula, se hace la sonsa y los ningunea, sobre todo si son aniversarios ingratos. Este 14 de junio se est谩n cumpliendo 38 a帽os de la capitulaci贸n en Malvinas. El de Malvinas es un tema pendiente que en los pasados cuatro a帽os se desti帽贸 y hasta se sabote贸. Desde adentro se sabote贸.
Entre las cosas sucedidas, registremos la siguiente: el embajador argentino en el Reino Unido, Carlos Sersale, calific贸 de 鈥渕谩ximas autoridades鈥 de las islas a las actuales del gobierno brit谩nico. 驴Ignorancia? 驴ineptitud? 驴torpeza? 驴o tal vez acto fallido? Con macanazos como los del reciente ex embajador las Malvinas, Georgias, Sandwich del Sur y espacios circundantes, cada d铆a ser谩n menos argentinas. Pueda ser que coagule la creaci贸n de una comisi贸n nacional para que profundice las leyes para relanzar el reclamo por soberan铆a.
Voy a recuperar algunas reflexiones vertidas en esta columna, a lo largo de 17 a帽os. Primera pregunta: 驴qu茅 nos pasa con las banderas? En el barrio o en la ciudad en la que vivimos, en las casas o en los departamentos por estos d铆as 驴cu谩ntas banderas salieron a flamear recordando Malvinas? Aunque comparar es odioso, a veces resulta muy revelador. Comparemos la cantidad de banderitas de este junio con la cantidad de banderas de los junio cuando hay mundiales de f煤tbol. Diferencia abismal. Las banderas de este y otros junios sin mundiales no llegaron ni al uno por ciento. Y esto porque aborrecemos hacer memoria y m谩s cuando de derrotas se trata. Somos unos hijos del triunfalismo, tan sembrado desde los medios de (des)comunicadores.
Ya que estamos: si es por las banderas que salen a relucir, aqu铆 se demuestra que el futbol es una patria m谩s intensa que la patria misma.
Es notorio que al tema Malvinas siempre lo escondimos debajo de la alfombra patria. Reci茅n cuando se conmemor贸 un cuarto de siglo del 2 de abril de 1982 arreciaron los homenajes, y los discursos plagados con lugares comunes. Con todo esto, tan tard铆o, 驴quisimos maquillar a nuestras distra铆das, a nuestras turbias conciencias?
Hay preguntas para afrontar: por empezar: La guerra por Malvinas, 驴fue una guerra? Cambiemos la denominaci贸n: aquello fue una (des)guerra. Fue una verg眉enza consumada por un pu帽ado de militares, valientes de oficina, con el coraje que otorga el alcohol. Estos h茅roes et铆licos 鈥揹ijo don Borges鈥 鈥渉uyeron hacia delante鈥. El caso es que los verdaderos responsables de la barbarie terminaron sin un rasgu帽o, perfectamente ilesos.
Segunda pregunta, incomodante: 驴Hasta qu茅 punto nos enga帽aron y hasta qu茅 punto nos dejamos enga帽ar? Se juntaron las dos cosas. Lo cual no exime de responsabilidades y culpas a una gran porci贸n de la c煤pula de las Fuerzas Armadas.
Tercera pregunta: m谩s all谩 de la feroz censura de aquella criminal dictadura que hasta robaba criaturas desde la placenta, m谩s all谩 del acogotamiento que se impon铆a a la prensa, 驴hasta qu茅 punto los medios (des)comunicadores y muchos prestigiosos periodistas 鈥搎ue hoy siguen tallando鈥 contribuyeron, con su descarada obsecuencia, a ese aluvi贸n de irresponsable euforia que despu茅s se transform贸 en vergonzante depresi贸n?
Los autodenominados periodistas, 驴acaso somos tan inocentes? Vayamos por los archivos: se ver谩 que m谩s all谩 de la real censura en muchos casos las notas desbordaban euforia. Esos excesos triunfalistas anidaban directa complicidad. Complicidad que a su vez se inoculaba en la poblaci贸n. Si insistimos con rastrear archivos nos encontraremos con que, en muchos casos el periodismo comunic贸 con una adhesi贸n que en realidad 鈥揾ay que remarcarlo鈥 era complicidad.
Cuarta pregunta: 驴qui茅n se hace cargo de esa (des)guerra que aqu铆 se vivi贸 con la misma adrenalita que gastamos en los mundiales de f煤tbol?
Recordemos, por favor: los muchachos que volvieron de esa (des)guerra fueron ocultados, mezclados con la noche, despreciados como parias. Claro, perdimos el 鈥淢undial de Malvinas鈥. Y aqu铆, ya lo sabemos, no ser campe贸n mundial de algo, significa ser un pelotudo. (Al Lole Reuteman se le puede perdonar la imprevisi贸n y el descontrol que precedi贸 a la gran inundaci贸n de Santa Fe, pero jam谩s se le perdonar谩 haber sido 鈥渟贸lo subcampe贸n mundial鈥 de la F贸rmula 1.
Por no afrontar las preguntas esenciales, es que apenas si somos un conato de rep煤blica. A prop贸sito: a la palabra 鈥渞ep煤blica鈥 se la apropi贸, la secuestr贸 el neoliberalismo nativo. Los neoliberales tambi茅n intentan hacer lo mismo con otra palabra preciosa: 鈥渓ibertad鈥. Rep煤blica y libertad: nada le es m谩s ajeno al neoliberalismo.
Entre los temas muy pendientes, pasamos por alto (c贸mplices en la distracci贸n) que, aqu铆, despu茅s de la (des)guerra murieron m谩s ex soldados que los que cayeron combatiendo en las islas. Estamos sembrados de m谩s de 400 (cuatrocientos) suicidios. Como sociedad, 驴suicidamos a esos suicidados? Vaya a saber鈥 Lo cierto es que son m谩s de 400 (cuatrocientos) los ex combatientes que no soportaron seguir viviendo aqu铆.
La muy escasa atenci贸n que se le da a esas muertes, queda evidenciada en el hecho, fehaciente, de que ya transitando el 2020 no existe una registro oficial de esas tragedias posteriores a la (des)guerra.
A la vista est谩, si es que no miramos para un costado: los atroces militares de la dictadura no sab铆an nada sobre los hielos del sur. S贸lo sab铆an sobre los hielitos del whisky. Que nuestro mes铆as militar fuera un pertinaz borrach铆n no es en s铆 mismo tan grave. Cada uno es due帽o de ser y hacer lo que le da la gana. Lo grave acontece cuando a la triste borrachera se la usa para fabular gestas en la que otros ponen la carne de sus vidas.
Algo para aprender: los valientes de oficina, los ilesos, deben saber que, para pasar a la historia, antes tienen que pasar por el control de alcoholemia.
Ya es tiempo de afrontar que hubo torturas de soldados en plena (des)guerra. Hubo estaqueados a la intemperie; por ejemplo, aquel soldado que rob贸 una lata de dulce para compartir con sus compa帽eros hambrientos, en la v铆spera del 25 de mayo de 1982. Grav铆simo error el de este colimba: 驴a qui茅n se le ocurre robar poquito?
Aquellas torturas contin煤an pendientes de justicia. La memoria, nuestra memoria, sigue mirando para otro lado; se sigue haciendo la pelotuda.
La indiferencia activa se impone, nos dice que aqu铆 no ha pasado nada. Pero a las palabras que se lleva el viento, el mismo viento se encarga de traerlas. Asom茅monos, imaginemos y escuchemos al muchacho estaqueado. En la intemperie, bajo la cruz del sur est谩 llamando a su madre:
鈥揗adre, madre, 驴por qu茅 me has abandonado?
鈥揌ijo, hijito, he salido a buscar a la patria.
鈥揗adre, te dije que no fueras, a la patria se la han robado.
鈥揈ncontrar茅, hijito, encontrar茅 la patria robada.
鈥揤uelve, madre, vuelve pronto. Pero si ma帽ana es como este 25 de mayo de 1982,
no me despert茅s.
Y cos茅me los p谩rpados.
* [email protected] =x= www.rodolfobraceli.com.ar
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