Diego y un idilio eterno con Boca que tuvo su génesis en el equipo campeón del Metro del ’81
El dilema recién se dilucidó cuando Ferro visitó “La Bombonera” y Boca le ganó la pulseada con un gol anotado por Perotti tras un pase magistral de Diego que definió el partido del campeonato, ya que el equipo de Marzolini estiró a tres puntos su ventaja en la época en la que se otorgaban dos unidades por partido ganado.
Con tres puntos sobre cuatro en disputa, el título estaba ahí, al alcance de la mano, pero Boca tropezó en Rosario ante Central y como un designio del destino estiró la definición hasta la última fecha, en “La Bombonera”, ante Racing.
Un penal convertido por Maradona apenas comenzado el partido puso a Boca arriba en el marcador, y sobre el final empató Racing, hasta que llegó el pitazo del árbitro Abel Gnecco que desató la algarabía.
Diego festejó junto al pueblo “Xeneize” y seis meses después, luego del Mundial de España 1982, se marchó al Barcelona para seguir construyendo su camino hacia la cima del mundo.
El astro, fallecido de manera repentina a los 60 años, fue venerado cada vez que pisó La Bombonera, ya sea como futbolista en su segunda etapa en el club, o cuando acudía como hincha a su palco, o también esa última vez, el 7 de marzo pasado, cuando la pisó como DT de Gimnasia, recibió una estruendosa ovación y al final fue testigo de una vuelta olímpica más del club de sus amores.