“Sentía que me agarraban el tobillo con una tenaza y me lo retorcían”, así sufrió Maradona con la Selección Argentina

El ídolo de la Selección Argentina jugó todo el Mundial de Italia 90 sin una uña y con el tobillo izquierdo hecho una pelota. “Pocas veces sentí tanto dolor. Varias veces el doctor me sugirió parar, pero yo no salía del equipo ni muerto”, le contó a Infobae

Su presencia ante Brasil sólo se explicó a partir de su amor propio. Y su relato de la jugada del gol no hace más que confirmarlo: “De ahí en más todos los partidos me infiltraban y, en la medida que pasaban los días, peor se me ponía el tobillo. En el partido con Brasil, cuando le doy el pase a Cani, sentí un pinchazo tremendo. Yo me quedé tirado viendo cómo Cani hacía el gol y sentía un dolor tinfernal. Creo que me levanté de la alegría del gol, pero no sentía el tobillo”.

Maradona acepta que los profesionales que trabajaban en la Selección aconsejaban que le diera descanso al tobillo. Y una vez más afloró la ascendencia que tenía en el plantel. “Varias veces me junté con el doc y me dijo de no seguir jugando, que en el estado en el que estaba no se podía. Pero yo no iba a dejar solos a los muchachos. Ellos me demostraban en cada partido que dejaban la vida y como capitán no me iba a bajar. Por eso me infiltraban cada partido, me sacaban jeringas de líquido. Yo sentía como que me agarraban el tobillo con una tenaza y me lo retorcían. Solo no sentía dolor en los 90 minutos, porque lo único que me importaba era dejar todo en la cancha”, matiza sus sensaciones con una frase maradoniana.

“Casi no me entrené en todo el Mundial por el dolor. No me ataba los cordones, en la concentración andaba en ojotas y las ganas que tenía fueron las que me hicieron llegar hasta el último partido”, describe su tránsito por el Mundial, el tercero de Mayores en su carrera (fueron cuatro, incluyendo Estados Unidos 94). Así, también pasaron Yugoslavia e Italia en los penales, hasta llegar a la final contra Alemania.

“Por eso a veces hoy, cuando veo que algunos se bajan por un dolor, por una molestia, no los entiendo. Nosotros en ese Mundial jugamos todos rotos. Yo además del tobillo tenía los aductores casi destruidos y no tenía uña en el dedo gordo. El Cabezón (Ruggeri) tenía una pubalgia tremenda, Burru y el Checho (Batista) estaban al límite. Y sin embargo dimos todo”, concluye, con un mensaje que busca empujar a las nuevas generaciones, con el tobillo inflamado convertido en bandera para la posteridad.


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