Enojada por la posición argentina en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, Alicia Castro renunció como embajadora en Rusia -un cargo que no llegó a ocupar- y cuestionó duramente la política exterior de Alberto Fernández.

“El voto de Argentina acompañando la Resolución del Grupo de Lima constituye un dramático giro en nuestra política exterior y no difiere en absoluto de lo que hubiera votado el gobierno de Macri”, disparó Castro en una carta que difundió por redes sociales.

Las horas de Castro como funcionaria parecían contadas tras las críticas de este martes, que no fueron las primeras sobre la política respecto al gobierno de Nicolás Maduro. “No debería ser embajadora si está en contra de la política exterior del Gobierno”, decían en el gobierno.

La relación de Castro con la Casa Rosada nunca fue buena. De hecho, el oficialismo nunca trató su pliego en el Senado, lo que había generado suspicacias. Castro argumentó que fue ella quien pidió a los senadores que no lo trataran ya que no podía viajar a Rusia por la pandemia.