Espectáculos

Julio Marticorena, el actor de las mil escenas, murió a los 82 años

Reconocido por sus roles en "Casados con hijos" y "División Palermo", Marticorena forjó una extensa carrera en teatro, cine y televisión. Su presencia constante pero discreta lo convirtió en un rostro familiar del espectáculo argentino

Julio Marticorena no fue una estrella de tapa, pero su rostro habitó la televisión, el cine y el teatro argentinos durante más de medio siglo. Falleció este martes 6 de mayo a los 82 años, según confirmó la Asociación Argentina de Actores. La noticia entristeció al mundo del espectáculo, que lo recuerda como uno de esos intérpretes silenciosos pero fundamentales, cuya entrega construyó el telón de fondo de muchas de las ficciones que marcaron época.

Julio Marticorena, el actor de las mil escenas, murió a los 82 años

"Despedimos a nuestro afiliado, el actor Julio Marticorena, quien desarrolló una extensa y destacada trayectoria en teatro, cine y televisión. Hacemos llegar nuestras condolencias a sus seres queridos en este doloroso momento", expresó la entidad gremial en un comunicado.

Los motivos de su fallecimiento no fueron informados, pero se presume que ocurrió durante la jornada del martes. Nacido el 7 de julio de 1941, Marticorena se formó con figuras centrales de la escena argentina como Héctor Malamud, Beatriz Matar y Daniel Marcove. Su oficio se sostuvo en el trabajo continuo y en la elección de roles con sentido. Fue un actor con oficio, de los que no buscan reflectores pero construyen memorias.

Un actor que estuvo siempre

A lo largo de su carrera, Julio Marticorena participó en más de cincuenta producciones televisivas. En su paso por la pantalla chica dejó su huella en ciclos como Tiempo final, Las huellas del secretario, Casados con hijos -donde su figura fue reconocida por una nueva generación de espectadores- y División Palermo, la serie de Netflix que lo volvió a poner en primer plano en tiempos recientes.

En su paso por la pantalla chica dejó su huella en ciclos como Tiempo final, Las huellas del secretario, Casados con hijos -donde su figura fue reconocida por una nueva generación de espectadores

En su paso por la pantalla chica dejó su huella en ciclos como Tiempo final, Las huellas del secretario, Casados con hijos -donde su figura fue reconocida por una nueva generación de espectadores

En cine también supo integrarse a elencos diversos, como los de Mi obra maestra, Cien años de perdón, Animalada, Un día en el paraíso, Tango y La vieja de atrás. En todos sus papeles dejó una impronta que no dependía del protagónico, sino de la consistencia actoral, del peso que puede tener una escena bien hecha con una frase justa.

Su recorrido en el teatro fue igual de nutrido. Participó en obras como Esta noche, no, Infancia y exilio, El vendedor de enciclopedias, La pasión de Toto, Buena química y Fuego sobre América. Cada puesta consolidó su lugar como intérprete comprometido, con una mirada particular sobre los textos y los personajes.

El arte sin estridencias

Marticorena representa a ese tipo de actor que no necesita primeras planas ni escándalos para hacerse indispensable. Para muchos, su apellido pudo pasar inadvertido, pero su imagen fue siempre reconocible. Su talento estuvo al servicio del relato, del gesto preciso, del detalle actoral que permite a otros brillar con más fuerza.

Marticorena representa a ese tipo de actor que no necesita primeras planas ni escándalos para hacerse indispensable

Marticorena representa a ese tipo de actor que no necesita primeras planas ni escándalos para hacerse indispensable

No fue protagonista de la farándula, pero sí de escenas imborrables. Esos segundos en pantalla que no se olvidan, no por el volumen, sino por la verdad que transmiten. Fue, en definitiva, uno de esos imprescindibles del elenco estable de la ficción argentina.

Su partida deja un vacío en ese tipo de interpretación que no busca aplausos ruidosos, pero que construye memoria cultural. El teatro, el cine y la televisión argentina pierden a un artesano del oficio actoral. Su legado está presente en cada escena que lo contó entre sus intérpretes, en cada historia que ayudó a contar.

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